La sociedad del cansancio

La sociedad del cansancio (I)

Del Paradigma inmunológico al paradigma neuronal

A continuación os dejo mis notas sobre el primer capítulo del Libro «La sociedad del Cansancio» de Byung-Chul Han. Voy a tratar de dar continuidad a este post y hacer una serie en la que vaya dejando, capítulo a capítulo del libro, lo que vaya anotando.

El autor comienza el libro hablando del mito de Prometeo equiparándolo con lo que el llama El sujeto de rendimiento.

El águila que devora su hígado en constante crecimiento es su alter ego , con el cual está en guerra. Así visto, la relación de Prometeo y el águila es una relación consigo mismo, una relación de autoexplotación. El dolor del hígado, que en sí es indoloro, es el cansancio. De esta manera, Prometeo, como sujeto de autoexplotación, se vuelve presa de un cansancio infinito. Es la figura originaria de la sociedad del cansancio.

Byugn Chul-Han (2020, p.11)

La violencia neuronal

El planteamiento del autor es que pese a las incidencias y el miedo social a los virus y las epidemias:

El comienzo del siglo XXI, desde un punto de vista patológico, no sería ni bacterial ni viral, sino neuronal

Byung-Chul Han, 2020, p.13

Siendo las enfermedades y los trastornos psicológicos -neuronales- los que definen este siglo. Y esto lejos de ser ocasionado por la negatividad, está muy conectado con el aumento de la positividad.

El paradigma y la sociedad inmunológicos

En este punto el autor plantea que el siglo pasado estuvo dominado por lo que él llama el “paradigma inmunológico”

El siglo pasado era una época inmunológica, mediada por una clara división entre el adentro y el afuera, el amigo y el enemigo o entre lo propio y lo extraño.

Byung-Chul Han, 2020, p.14

Esta construcción de la sociedad bajo el concepto inmunológico tiene que ver con momentos históricos como la guerra fría, cuyo lenguaje y forma de pensar establecen esta cultura de ataque y defensa que se extiende más allá de lo meramente biológico hasta el espacio social, conformando una sociedad que “repele todo lo extraño”. Esto es fundamental para entender el cambio de sociedad que plantea Byung-Chul Han, en la sociedad inmunológica:

El objeto de la resistencia inmunológica es la extrañeza como tal. Aun cuando el extraño no tenga ninguna intención hostil, incluso cuando de él no parta ningún peligro, será eliminado a causa de su otredad.

Byung-Chul Han, 2020, p.14

Sin embargo, en la actualidad estos términos de otredad y extrañeza, tan propios del paradigma inmunológico han sido sustituidos por otros más posmodernos como el de diferencia que no provocar una reacción inmunitaria.

A la diferencia le falta, por decirlo así, el aguijón de la extrañeza, que provocaría una violenta reacción inmunitaria. También la extrañeza se reduce a una fórmula de consumo. Lo extraño se sustituye por lo exótico y el turista lo recorre. El turista o el consumidor ya no es más un sujeto inmunológico .

Byung-Chul Han, 2020, p. 16

La prueba de este cambio de paradigma que señala el autor puede verse claramente en el fenómeno de la inmigración: mientras que en la sociedad inmunológica el inmigrante era visto como una amenaza fruto de su extrañeza, en la sociedad neuronal el inmigrante pasa a ser visto como una carga fruto de su diferencia.

Este cambio de paradigma desde el inmunológico hasta el neuronal tiene mucho que ver con el fenómeno de la globalización:

El paradigma inmunológico no es compatible con el proceso de globalización. La otredad que suscitaría una reacción inmunitaria se opondría a un proceso de disolución de fronteras. El mundo inmunológicamente organizado tiene una topología particular. Está marcado por límites, cruces y umbrales, por vallas, zanjas y muros. Estos impiden el proceso de cambio e intercambio universal. La promiscuidad general que, en el presente, se da en todos los ámbitos de la vida y la falta de la otredad inmunológicamente efectiva se condicionan de manera mutua. Del mismo modo, la hibridación que domina no solo el actual discurso teórico cultural, sino también el estado de ánimo de la actualidad en cuanto tal es diametralmente opuesta a la inmunización. La hiperestesia inmunológica no permitiría ninguna hibridación.

Byung-Chul Han, 2020, p. 18

El paradigma inmunológico está muy conectado con la negatividad, que constituye un rasgo fundamental de la inmunidad. Lo otro es negativo y lo propio aparece frente a lo negativo. Con lo cual la definición de uno mismo se realiza en base a lo otro que es definido como negativo.

Hasta la vacunación mantiene esta conexión con la negatividad, “en lo propio se insertan fragmentos de lo otro a fin de provocar la reacción inmunitaria” (Byung-Chul Han, 2020, p. 19)

El paradigma y la sociedad neuronal

La desaparición de esta otredad indica que actualmente vivimos en una sociedad pobre en negatividad y esto tiene que ver con lo que se decía al principio sobre la violencia neuronal, vivimos en una sociedad marcada por los trastornos psicológicos y estos tienen que ver con la positividad.

La violencia parte no solo de la negatividad, sino también de la positividad, no únicamente de lo otro o de lo extraño, sino también de lo idéntico

Byung-Chul Han, 2020, p. 19

Esta violencia desde la positividad establece un primer problema y es que resulta de difícil detección para el sujeto:

En un sistema dominado por lo idéntico solo se puede hablar de las defensas del organismo en sentido figurado. La resistencia inmunitaria se dirige siempre contra lo otro o lo extraño en sentido empático. Lo idéntico no conduce a la formación de anticuerpos. En un sistema dominado por lo idéntico no tiene sentido fortalecer las defensas del organismo.

Byung-Chul Han, 2020, p. 20

Además, esta violencia no es viral, no proviene del rechazo a lo otro, tiene que ver con la superproducción, el superrendimiento o la supercomunicación. Tiene que ver más que con el rechazo a algo, con la sobrecarga. Y esta se produce entre otras cosas por la abundancia de lo idéntico.

Cuando habla de esta sobrecarga y de esta cuestión de lo idéntico, no puedo dejar de pensar en las redes sociales y en cómo el sujeto busca diferenciarse del resto: ser diferente. En el paradigma inmunológico esto hubiera significado la exclusión (por la otredad) en el paradigma neuronal ser diferente es la aspiración (por lo idéntico). Esta continua búsqueda de la diferenciación produce entre otras cosas una sobrecarga.

El agotamiento, la fatiga y la asfixia ante la sobreabundancia tampoco son reacciones inmunológicas. Todos ellos consisten en manifestaciones de una violencia neuronal, que no es viral, puesto que no se deriva de ninguna negatividad inmunológica.

Byung-Chul Han, 2020, p. 20

Esta violencia neuronal es muy difícil de contrarrestar por su cualidad: se cristaliza en las características de nuestra sociedad. 

La violencia de la positividad no presupone ninguna enemistad. Se despliega precisamente en una sociedad permisiva y pacífica. Debido a ello, es menos visible que la violencia viral. Habita el espacio libre de negatividad de lo idéntico, ahí donde no existe ninguna polarización entre amigo y enemigo, entre el adentro y el afuera, o entre lo propio y lo extraño. La positivización del mundo permite la formación de nuevas formas de violencia. Estas no parten de lo otro inmunológico, sino que son inmanentes al sistema mismo.

Byung-Chul Han, 2020, p. 23

Esta violencia neuronal tiene que ver fundamentalmente con la idea de sobrecarga

Tanto la depresión como el TDAH o el SDO indican un exceso de positividad. Este último significa el colapso del yo que se funde por un sobrecalentamiento que tiene su origen en la sobreabundancia de lo idéntico. El hiper de la hiperactividad no es ninguna categoría inmunológica. Representa sencillamente una masificación de la positividad.

Byung-Chul Han, 2020, p. 24
Aquí te dejo también los esquemas que estuve haciendo en mi pizarra da casa mientras leía este primer capítulo. Si pinchas en la imagen puedes verla aumentada.

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Maestro en Audición y Lenguaje. Licenciado en Psicopedagogía y Doctor en Educación por la Universidad de Málaga. Actualmente soy Profesor en el Departamento de Didáctica de la Universidad de Málaga, pase 6 años como profesor de Didáctica en la Universidad de Cádiz.

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