Ayer se graduó mi primera promoción de grado de Educación Infantil. Ha sido una promoción con la que he tenido una relación muy especial desde el principio. Y tuve el privilegio de que me escogieran como padrino para dar el discurso el día de su graduación.
Aquí os dejo el texto del discurso (incluidas algunas cosas que por cuestión del tiempo eliminé y no dije):
Buenas tardes a todos y a todas los presentes.
Antes de nada, me gustaría decir algo muy importante. Hoy aquí hay tres grupos de infantil, aunque los conozco a los tres, al grupo C yo no les he dado clases y me consta que habían elegido a mi compañera @aileon25 como madrina (que ya os vale)… así que me gustaría decir que si yo soy el padrino de esta graduación, sin duda, la madrina es mi compañera, vuestra profesora, @aileon25 … Un aplauso para ella, por favor… y no tengáis la más mínima duda de que ella suscribe todas y cada una de las palabras que voy a decir hoy.
Bueno, lo primero que me gustaría deciros es que estoy muy orgulloso de que me hayáis elegido como padrino de esta graduación y más teniendo en cuenta que hace dos años que nos os doy clases y la cantidad de excelentes compañeros y compañeras que habéis tenido en 3º y 4º y que me consta, con algunos y algunas, habéis tenido una relación de mucho cariño también. Algunos y algunas de ellos están hoy aquí.
Muchas veces, parece que cuando los profes son jóvenes y enrollados… (que también)… es más fácil que el alumnado les coja cariño. Yo creo que no… creo que los docentes debemos saber conectar emocionalmente y, sobre todo, crear espacios de confianza con el alumnado, si no, es muy difícil que haya aprendizaje.
Y es por eso que hoy estoy muy orgulloso, porque desde que nos conocimos el primer día hasta hoy, la relación que hemos construido juntos, siempre ha estado marcada por el cariño. Cariño que me habéis demostrado en todas las situaciones: en clase, entre pasillos, en las redes sociales, … Esa creo que es la característica que más ha marcado nuestra relación: el cariño. Así que, insisto, hoy es para mí un día muy feliz.
En segundo lugar, todas aquellas que me conocéis, sabéis que soy poco amigo de esto de los discursos, así que he de reconoceros que en un primer momento estuve pensando seriamente en dejaros tiradas. Pero luego me dije a mí mismo… Después de lo de Pullmantour…. (Esto es porque en el viaje de fin de estudios, se les estropeó el crucero y tuvieron que volverse :P)
Cuando se me comunicó oficialmente que era vuestro padrino, me informaron de que tenía 3-4 minutos para esta charla y de que lo habitual era desearle suerte al grupo que se gradúa… Pero ¿sabéis qué?… no voy a hacerlo…
No voy a desearos suerte porque estoy convencido de que no la necesitáis. No la necesitáis, porque estoy absolutamente seguro de que sois el grupo de maestras mejor formado que ha parido la facultad… y esta opinión es algo que además comentamos muchos y muchas compañeras cuando nos reunimos y hablamos de vosotras.
Como os decía, yo os dejé en segundo y a algunas os he vuelto a coger en 4 con esto del trabajo de fin de grado… yo no sé si sois conscientes del salto que habéis dado en este tiempo, de la calidad del trabajo y análisis que hacéis… os lo he dicho ya personalmente a algunas, pero ahora quiero decíroslo a todas juntas. No me cabe duda de que vais a ser… (de que ya sois)… excelentes maestros y maestras.
El otro día, me encontré con una compañera vuestra que me asalto entre pasillos y empezó a decirme que se sentía poco preparada. Me contó una situación que había vivido en sus prácticas… nada grave… una cosa de lo más común… un niño de su aula que daba muchos problemas de comportamiento y que cualquier persona hubiera resuelto sin darle más importancia, castigando al niño.
Pero vuestra compañera, empezó allí, in-situ, a darme una enorme cantidad de razones, por las que eso no le parecía bien, y además, me justificaba cada una de esas razones con unos sólidos argumentos…
Fue entonces cuando tuve más claro que hay algo que hemos hecho muy bien con vosotras y es que… (aquí va uno de los consejos habituales en estos discursos)… recordad que en educación no existe ninguna varita mágica, no existen soluciones universales para los problemas… Aquí, 2+2 algunas veces son 4, otras 3 y otras 6… lo que distingue a una buena maestra de una mala, es la capacidad y argumentos que tiene para justificar las decisiones que toma en la práctica, las claves que maneja en situaciones educativas y que cualquier otro profesional de otro ámbito no tendría… y vosotras, como vuestra compañera, me consta, tenéis muchas.
Han pasado cuatro años ya desde que nos conocimos (qué manía tenéis con hacerme viejo)
Cuatro años desde que llegasteis a la facultad y no sabíais ni dónde estaba copistería. A lo largo de estos cuatro años, hemos sido más que alumnas y profesores, hemos sido compañeros-as y es por eso que hoy, me siento dividido… estoy, como diría Alejandro Sanz, con el corazón partío.
Por un lado, estoy muy feliz de que hoy os convirtáis oficialmente en mis compañeras de profesión. Feliz de saber que se incorporan maestras con ganas y conocimientos para cambiar las cosas.
Y, por otro lado, estoy triste:
– Triste porque voy a dejar de encontrarme con vosotras en los pasillos de la facultad para que me asaltéis y me preguntéis cosas.
– Triste porque ya no recibiré correos vuestros a horas intempestivas para pedirme consejo,… y otras tantas cosas que, con tanto cariño, han marcado la relación que hemos tenido a lo largo de estos cuatro años.
Muchas promociones de maestros y maestras vendrán después de vosotras, pero ninguna podrá ya ser la primera promoción de grado. Ninguna podrá ya, ser nuestros conejillos de indias en esto de los grados y, por supuesto, con ninguna compartiré el inicio de mi experiencia aquí en Cádiz y es que, no sé si lo sabéis, pero vosotras y yo compartimos experiencia. Cuando vosotras empezasteis la carrera, yo empecé mi andanza como profesor en esta universidad y eso… como la MasterCard… no tiene precio. Aunque a diferencia de la vuestra, la mía no termina aquí (o eso espero… ¿Decano el año que viene sigo aquí no me echáis, no? Mira que con los recortes…)
En definitiva, y para terminar, quiero deciros tres cosas:
La primera es que para nosotros-as siempre seréis nuestra primera promoción de grado, en la que hemos puesto más empeño, más ganas y más cariño y en la que, por novatos, hemos cometido más errores que esperamos, sepáis perdonarnos.
La segunda es que, como os dije el primer día de clases que os conocí, estoy… y sigo estando 24 horas al día, 365 días al año, disponible para vosotras. Nada ha cambiado.
Y la tercera, al igual que hacía en los últimos días de clase cuando nos separábamos, es encargaros una misión muy importante: Quiero que transforméis la escuela, quiero que le deis la vuelta, la pongáis boca abajo y la sacudáis… quiero que transforméis la vida de todos aquellos niños y niñas que pasen por vuestras manos a partir de ahora.
Estad muy orgullosas de todo lo que habéis hecho a lo largo de estos cuatro años y no dudéis jamás, que sois excelentes maestras. Y a los familiares que tanto os han ayudado, dándoos soporte, ánimos, … hoy es un día también muy especial para vosotros. Debéis sentiros muy orgullosos del trabajo de vuestras hijas e hijos. Yo, sin duda, lo estoy y mucho.
Enhorabuena a todas y todos por este día y bienvenidas al magisterio, la profesión más bonita, pero también de las más exigentes del mundo.
Muchas gracias
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